Las islas Vestman es uno de los secretos mejor guardados de Islandia. Westman Islands o Vestmanneyjar, en islandés, está formada por 15 islas -solo seis de ellas tienen cabañas de caza individuales- y rodeada de 30 rocas, logrando que la vida de aves marinas sea muy rica y abundante. Solo hay una isla, Heimaey, donde viven unos 4200 habitantes, que conseguirán robarte el corazón con su amabilidad y acogida.
Qué hacer y qué ver en las Islas Vestman
Como ya te hemos comentado, solo hay una de las islas, Heimaey, que está habitada y es la más grande de todas, pero cuando surques los mares que bañan estas islas, verás que en sus aguas no hay ballenas o focas, sino que como buen icono de Islandia, el puffin o frailecillo habita en Vestmanneyjar. ¡Se considera que la colonia de frailecillos de las islas Vestman es la más grande del Atlántico! En agosto y septiembre, tendrás además la oportunidad de ver volar algunos bebés de este ave tarde por la noche.
El nombre de las islas Vestmannaeyjar se originó cuando los esclavos irlandeses de Hjörleifur, el primer colono nórdico de Islandia, cultivaban en la costa sur del país y huyeron a las islas después de matar al patrón en Hjörleifshöfða. Entonces, el hermano de Hjörleifur, Ingólfur Arnarson, descubrió dónde había huido los esclavos y para vengar el asesinato, Ingólfur persiguió a todos los esclavos y los mató. En Vestmannaeyjar todavía hay lugares que llevan nombres de este suceso, como Heimaklettur, el gran acantilado al norte del puerto. Es en este lugar donde cuenta una leyenda que Dufþakur, líder de los esclavos, se arrojó desde los acantilados para que Ingólfur no le matase. No es hasta cuando los primeros islandeses que vinieron de Noruega a las islas denominaron a los irlandeses que allí habían muerto como hombres del oeste, de ahí el nombre de Islas Westman.
Además, en Westman Islands encontrarás uno de los campos de golf de 18 hoyos más hermoso y extraordinario del mundo, pero te fascinará el deporte más famoso entre los islandeses: el sprang. Está claro que los deportes juegan un papel fundamental en la vida cultural de la isla, pero el deporte tradicional que destaca en las islas de Westman es el sprang, una versión reducida del rappel en acantilados. Este se practica principalmente en Skiphellar, no muy lejos del puerto, y los expertos muestran sus habilidades mientras se balancean, dan vueltas, giros y vuelan de un acantilado a otro empujándose con los pies mientras se acercan a la roca. Como curiosidad, depende del nivel de experiencia llegarán más o menos altos, pero los sitios tienen diferentes nombres topológicos como barnasteinn o roca del niño.
Y si hay otro deporte practicado entre los locales y visitantes en las islas Vestman durante los meses de agosto y septiembre, es ver a los pequeños puffins. Como los padres de estas aves ya no les dan comida, se ven obligados a salir de los agujeros que están en los lados de los acantilados. Al caer la noche, las luces de la ciudad atraen a los pequeños frailecillos, extienden sus alas y se deslizan por las montañas, pero muchos aterrizan en el asfalto y en jardines oscuros. Por suerte, estos recién nacidos puffins tienen como aliados a los niños más jóvenes de la isla, quienes están autorizados para quedarse hasta tarde las noches de agosto y septiembre para ayudarles. Se encargan de patrullar las calles de la ciudad con cajas de cartón para recoger a aquellos pájaros que se han equivocado de camino. Los niños acogen sus hogares a los puffins y por la mañana temprano salen con sus cajas para devolverlos a la naturaleza. ¡Es muy normal que los niños lleguen a ayudar hasta cuatro o más frailecillos por noche!
En definitiva, aunque pocos turistas deciden quedarse en las Islas Vestman más de un día, es posible alojarse y detenerse por más tiempo en este paraíso.
Seguramente una muy buena fecha para alojarse en las islas Vestman es cuando tiene lugar el mayor festival de música al aire libre de Islandia. Durante tres días del último fin de semana de julio o el primero de agosto se celebra el Þjóðhátíð en Herjólfsdalur con música, fuegos artificiales y un espectáculo de luces inspirado en los volcanes de la isla. ¡Acuden 17000 personas!
Como llegar a la Isla de Heimaey
Al estar en el océano Atlántico, puedes visitar la isla de Heimaey en ferry, en avión desde Reikaivik o desde el sur del interior de Islandia.
Si prefieres la opción de ir en ferry, puedes llegar desde Vestmannaeyjar hasta Landeyjahöfn, en el sur del interior de Islandia, en poco más de media hora. Para llegar hasta ahí, tendrás que conducir (no es necesario un 4×4) o un autobús desde Reikiavik, en concreto desde la terminal Bsí. Por cierto, si tienes coche, ¡aprovecha para subir con el coche al ferry!
Si quieres ir en avión hasta la isla de Heimaey, puedes volar hasta Vestmannaeyjar con Eagle Air. ¡Solo son unos 20 o 23 minutos!
Por último, desde 2016 han puesto vuelos desde Bakki, a unos cinco minutos desde Landeyjahöfn. ¡El vuelo solo son diez minutos!
Qué ver en Heimaey
Heimaey es una pequeña ciudad abrazada por una fortaleza de lava y un gran puerto. Además, los acantilados donde habitan los pequeños frailecillos son una de las principales atracciones de este lugar de Islandia. Otros puntos de interés de Heimaey son:
- El museo de Eidheimar. Para conocer la historia de la “Pompeya del norte”, apodo por el que es conocido este lugar, nada como este edificio de piedra volcánica. Hoy en día en Heimaey siguen sepultados por la lava más de 400 edificios tras la erupción de 1973, pero hay uno de ellos que puedes visitar: una casa que estaba cubierta debajo de 50 metros de cenizas. Te sorprenderán las paredes y todas las pertenencias de la familia que allí vivía y que huyó con tan solo un biberón para el bebé que tenían. Además, hay exposiciones con contenido multimedia de la erupción y los daños que causó.
- El fuerte de Skansinn. Ya hemos contado que esta ciudad estaba rodeada por una muralla, pero la construcción más antigua de la isla que databa del siglo XV, se cubrieron de lava en 1973. Por suerte, algunas partes se han reconstruido y se pueden ver antiguos depósitos de agua.
- La iglesia de Stafkirkjan. Como si de una copia de una stavkirke de cualquier lugar de escandinavia, la pintura hace que el diseño de esta iglesia sea exactamente igual al de la stavkirke de Trondheim, en Noruega. Curiosamente, la similitud entre Stafkirkjan y Haltdalen se debe a que fue el Gobierno de Noruega quien cedió en el año 200 esta iglesia a Islandia para celebrar la instauración del cristianismo como religión oficial.
- El acuario de Saeheimar. Este lugar cuenta con una gran colección de aves disecadas, contenido multimedia de los frailecillos y, por supuesto, un gran acuario con peces islandeses. Seguramente, podrás ver frailecillos por allí y te fascinará el trabajo que realizan en el museo como hospital informal de aves.
- Los miradores de Stóraklif y Heimaklettur. En el primero, llegarás a la cima tras un paseo un poco duro de 30 minutos. Un camino empinado con ayuda de cuerdas y cadenas que merece la pena afrontar por las vistas que nos esperan. El segundo, ubicado pasado el muelle, es peor todavía por las movedizas escaleras. Aunque son perfectos para conocer en primera persona los lugares donde se crían los puffins, no es nada recomendable realizar ninguna de estas dos actividades en días lluviosos o de mucho viento.
Dónde Comer en Heimaey
Aunque pueda parecer una pequeña isla donde solo habitan poco más de 4000 personas, la oferta gastronómica es muy diversa y de calidad. Para todos los bolsillos, como algunas tiendas para hacer la compra y preparar tu propio almuerzo o restaurantes para sentarse a reposar y descansar tras recorrer los rincones de Heimaey.
Además, algunos de los restaurantes de la ciudad tienen terraza para poder comer en el exterior si hace buen día. ¡Te sentirás como en casa!
El volcán Eldfell
Una parte muy importante de la historia de las islas Westman la protagonizan los volcanes. En las islas hay dos volcanes, uno de ellos entró en erupción hace muchos, muchos años y el otro, Eldfell, erupcionó en 1973 y los habitantes tuvieron que abandonar las islas. Afortunadamente, como el día anterior a la erupción hacía muy mal tiempo, los barcos estaban en el puerto y pudieron transportar a las personas hasta una zona segura.
La erupción del volcán Eldfell fue tan fuerte y potente que duró desde el 23 de enero hasta el 3 de julio, dejando la isla cubierta de lava y ceniza. A pesar de los destrozos, los habitantes de las islas Vestman, no se rindieron y volvieron a sus hogares gracias a la ayuda tanto de islandeses como de otros lugares del mundo.
Podrás visitar la cima del volcán Eldfell desde Heimaey tras un paseo rodeando el volcán de unos dos kilómetros. Aunque parece poco, es muy intensa y alcanzarás los 221 metros de altura. ¡Perfecto para disfrutar de las mejores vistas isla de Heimaey!
Por cierto, Eldfell en islandés significa montaña de fuego y sentirás las altas temperaturas cuando lo visites, pues el calor de la lava de la erupción de hace más de treinta años se sigue notando.
El volcán Helgafel
Si uno de los dos es el volcán Eldfell, el otro es el Helgafel. Muy pegado al anterior, está inactivo y fue el más conocido de Heimaey, más que Eldfell hasta 1973, cuando todo los focos pusieron en él la atención con su erupción. Entró en erupción hace más de 5000 años y sus cenizas hoy en día se han convertido en hierba.
La entrada Las Islas Vestman en Islandia se publicó primero en Arctic Yeti.
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